Esta semana hemos probado Kingdom Rift, el nuevo título de R2 Games. Como es habitual en los análisis que hacemos a los títulos de R2 Games, básicamente queremos descubrir si el juego ofrece algo distinto al resto de juegos de la empresa, o si simplemente es otro juego clónico al que le han cambiado su aspecto e historia (algo que por lo que parece tiene mucho éxito, debido a la gran audiencia de jugadores que tiene).
Tras entrar al juego por primera vez fuimos recibidos por una pantalla que nos daba a elegir entre tres personajes, uno melee, uno a distancia y un lanza hechizos… instantáneamente pensamos “si, parece que estamos ante otro clon”.
El juego, tal y como nos tiene acostumbrados R2 Games, muy automatizado, lo que evita que tengas que ir de un PNJ a otro buscando misiones o participar activamente en las luchas (en las que los enemigos prácticamente no te hacen daño). En el juego nuestro objetivo no es otro que subir de nivel a nuestros personajes, y conseguir equipo cada vez más poderoso para que puedan enfrentarse a enemigos más peligrosos y así sucesivamente. Y para nuestra sorpresa este tipo de juegos están triunfando.
Para Kingdom Rift los desarrolladores han creado unas mecánicas de combate más parecidas a las de Diablo, en las que los PNJs están paseándose por el mundo en lugar de encontrárnoslos en batallas instanciadas en las que usamos formaciones. Aún así el juego sigue moviéndose por la mecánica del Battle Rating, un atributo que determina cuan poderoso eres, y que crece a medida que subes de nivel, desbloqueas habilidades, mejoras tu equipo o rescatas algún dios.
En 20 minutos de juego subimos 25 niveles (no sabemos cuál es el nivel máximo, o si lo hay), y en cada nivel fuimos desbloqueando sistemas de juego, conseguimos recompensas y otras mecánicas de juego. Encontramos esto algo absurdo, pues prácticamente pierdes más tiempo abriendo las bolsas con objetos que recibes al subir de nivel o leyendo que hemos desbloqueando, que subiendo de nivel; sería más lógico que nos dieran acceso a todos los sistemas de juego desde el principio, así por lo menos no perderíamos más tiempo mirando que hemos desbloqueado que jugando.
El argumento del juego es el típico de: el reino está en peligro, y tú eres el elegido, la única persona que puede salvar al reino de la destrucción absoluta. Honestamente la historia no parece tan terriblemente mala, y por los diálogos por lo menos están bien traducidos (algo que no podemos decir de otros títulos de R2 Games), y el aspecto general del juego no es malo, con entornos imaginativos e inmersivos. El problema real que encontramos en estos juegos es la excesiva automatización que prácticamente hace que en lugar de poder jugar sencillamente hace que veamos lo que sucede en el juego como un espectador.
En el caso del juego, nuestro personaje (un guerrero) iba de un lado para otro matando a enemigos automáticamente, y lo único que hacíamos era literalmente clicar el botón aceptar para recibir las recompensas. Los jugadores pueden desconectar el combate automático, pero no tiene demasiado sentido, ya que además de no ser ningún desafío o ser táctico, ni siquiera es divertido. Estos juegos siempre dan una sensación similar durante los primeros niveles, subes los niveles a una velocidad de vértigo, mientras tu personaje se mueve de aquí para allá a su antojo acabando con todos los enemigos que se va encontrando a su paso. Otro detalle es que los enemigos realmente no son ninguna amenaza, y aunque consiguiesen hacerte daño, el juego es capaz de usar pociones de salud y magia automáticamente, por lo que realmente el jugador no tiene que hacer nada… Así que nos preguntamos, ¿esto es realmente un juego?
Sin importar nuestra opinión, este juego es posiblemente uno de los mejores MMORPGs que R2 Games ha lanzado. Y si te gustan este tipo de MMOs automatizados te encantará.
CALIFICACIONES
- Gráficos: 6
- Sonido: 6
- Mecánicas: 5
- Lo mejor: Impresionantes entornos que crean un mundo vibrante y lleno de vida
- Lo peor: No añade nada nuevo a un género explotado en exceso
Nota Final: 5.5
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